El expresidente de Uruguay, José «Pepe» Mujica, ha anunciado que el cáncer que padece se ha expandido y que no se someterá a más tratamientos. «Hasta acá llegué», declaró Mujica, de 89 años, al semanario local Búsqueda. «Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso».
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En abril, Mujica había informado que le detectaron un tumor en el esófago, lo que lo llevó a someterse a varias intervenciones médicas. Sin embargo, ahora ha decidido no continuar con los tratamientos, ya que el cáncer se está extendiendo a su hígado. «El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta», explicó.
Mujica, una figura carismática y reconocida internacionalmente, ha pedido que se le deje tranquilo y que no se le soliciten más entrevistas. Este anuncio marca el cierre de un ciclo político extraordinario que abarcó más de medio siglo, desde su época como guerrillero tupamaro, pasando por su encarcelamiento y tortura, hasta su mandato como presidente de 2010 a 2015. Durante su presidencia, Mujica sorprendió al mundo con sus discursos anticonsumo y su vida austera, la cual desea mantener hasta el final de sus días.
En la entrevista con Búsqueda, Mujica mencionó que se ha comprado un tractor y que pasa un poco de tiempo cada día trabajando en su chacra, ubicada en las afueras de Montevideo. En una conversación con BBC Mundo a fines de noviembre, reflexionó sobre su vida: «A pesar de todos los pesares, estuve añares preso, me pasó de todo, después fui presidente. Entonces tengo que gritarle gracias a la vida».
Recientemente, Mujica logró que su proyecto de izquierda continúe más allá de su figura con la elección de Yamandú Orsi como nuevo presidente de Uruguay, quien asumirá en marzo. Su doctora personal, Raquel Pannone, explicó que, a pesar de las metástasis, Mujica no ha experimentado cambios en su vida cotidiana ni dolor. También reiteró el pedido de privacidad, destacando que Mujica, a sus casi 90 años, tiene derecho a usar su tiempo como él lo considere conveniente.
En la entrevista, Mujica agradeció a su esposa, la ex vicepresidenta Lucía Topolansky, y expresó su deseo de ser sepultado en su chacra junto a su perra, Manuela. «Yo me voy a morir acá. Ahí afuera hay un sequoia grande. Está Manuela enterrada ahí. Estoy haciendo los papeles para que ahí también me entierren a mí. Y ya está».
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